El 28 de septiembre por la mañana nos despertamos con la noticia de que Don José Cusco Rifols había fallecido. Esa mañana ya no estaba recibiendo al alumnado en la puerta del colegio como lo hacía todos los días. Ya no nos llamará por nuestro nombre al entrar por la puerta, ni saldrá a despedirnos cuando regresemos a nuestras casas.
La noticia de su muerte ha sido impactante entre los alumnos, alumnas, padres y madres, entre familia salesiana. Su muerte ha tocado todos los corazones. El mismo día, la Comunidad Salesiana instalaba la capilla ardiente en la Iglesia de María Auxiliadora. Ayer por la tarde muchas personas pasaron por allí a rezar con él y esta mañana muchos de los alumnos y alumnas a quienes don José saludaba por las mañanas han ido a darle los buenos días. A mirarlo y rezar ante la virgen.
Grandes están siendo las muestras de cariño por todas las vías. Las Redes Sociales del Centro se han llenado de despedidas agradecidas, de recuerdos. Mostrando que hoy despedimos a un salesiano viva imagen de su fundador, San Juan Bosco.
El 29 de septiembre a las 11 de la mañana será trasladado al cementerio de Pamplona para su incineración. Antes, nos juntaremos para el tiempo de oración, para despedirlo, para constatar su legado, para llevarlo en nuestros corazones. A las 7 de la tarde, en la misma Iglesia de María Auxiliadora, tendrá lugar la misa fueneral por su alma.
¡Gracias Don José por tu vida! ¡Gracias por tus palabras cada mañana y por tu sonrisa! ¡Gracias por haber llegado al corazón de los jóvenes con los que te has encontrado cada mañana en tu casa, Salesianos Pamplona!
Natxo Gutiérrez, periodista del Diario de Navarra y padre de un alumno del Centro escribía esta mañana una breve noticia y un obituario en su periódico.
La comunidad escolar y religiosa de Salesianos lloró este jueves 28 de septiembre la pérdida a los 90 años de edad de José Cuscó Rafols, rostro carismático y conocido entre generaciones de alumnos que se sucedieron en las aulas desde su llegada a Pamplona en 1961. Hasta el domingo pasado Don José, como atendía por respuesta al saludo que brindaba cada día a alumnos, profesores y familias, ayudó a celebrar la eucaristía en la parroquia de Sarriguren.
Natural de la localidad barcelonesa de Villafranca del Penedés, desde la que se trasladó con su familia al término alicantino de Alcoy, ocupó diferentes responsabilidades en la comunidad salesiana y en el colegio de la calle de Aralar hasta mudarse a Sarriguren. Su talante afable se vio ayer correspondido con una nutrida asistencia a la capilla ardiente en la iglesia de María Auxiliadora
Natxo Gutiérrez
Nos unimos a él en el recuerdo y a todos quienes lo han recordado y recordarán.