Arcadio Cuadrado:“ADMA es como la tierra buena… y todo es contagioso”
¡33 años!… nada menos que treinta y tres años, ha estado Arcadio Cuadrado como guía y animador de ADMA en la zona norte de España.
Desde que en 1988, don Federico Hernando, entonces inspector, le ofreciese la encomienda de encargarse de la Asociación de María Auxiliadora, Arcadio ha sido el infatigable servidor de todos los grupos de cada una de las casas salesianas donde las ADMA están presentes: Santander, Nueva Montaña, Barakaldo, Cruces, Deusto, Azkoitia, Intxaurrondo, Rentería, Urnieta, Vitoria, Pamplona, Logroño-Los Boscos, Burgos.
¡Cuántos kilómetros para hacerse presente en cada uno de esos lugares y avivar la llama de la devoción a María Auxiliadora!
Como no recordar sus convocatorias para las reuniones de programación al inicio de curso, las reuniones de formación para las Juntas, los encuentros de zona, las peregrinaciones a final de curso, los encuentros inspectoriales para delegados de la Familia Salesiana, los congresos internacionales de ADMA,… tantos momentos en los que volcaba su afán para que el espíritu mariano impregnase la vida de todas las integrantes de las asociaciones de María Auxiliadora.
Treinta y tres años desde que asumió la misión “con la alegría de percibir que ELLA se arregla para salirse con la suya; que facilita las cosas; que continúa entusiasmando al ver el entusiasmo desbordante de quienes forman la Asociación; de “palpar” sin rodeos y ampliamente la acción del Espíritu en almas sencillas y buenas, por medio de María”.
Suyas son estas palabras en una reciente entrevista que le hicieron: “ADMA que es como la tierra buena que anima a preparar la semilla y extenderla para que, en estos tiempos de increencia bastante generalizada, se mantenga encendida la lámpara del celemín evangélico y se convierta hoy en esos modernos y potentes focos de largo alcance y duración, que sepan defender su fe. Todo esto es contagioso”.
Hoy, con 85 años, llenos de fecundidad, Arcadio dice adiós a su labor animadora como responsable de ADMA. Pero no por ello se aleja de “sus queridas devotas”. Como ha dicho y repetido tantas veces: “aquí estoy, dispuesto a echar una mano, según mis posibilidades”.
La asociación de ADMA Pamplona, con ojos vidriosos por la despedida, le expresamos nuestro más cariñoso agradecimiento, intentando tener presente ese mensaje que nos ha inoculado siempre: “ADMA, porción ideada y mimada por Don Bosco para defender la fe del pueblo sencillo, recuerda a toda la Familia Salesiana que ser devotos de la Auxiliadora es algo constitutivo de la salesianidad”.
¡GRACIAS, Arcadio!
[Algunos fragmentos de este artículo están tomados de la entrevista que Marian Serrano le hizo a Arcadio para el Boletín Salesiano)